Su habitación es el espacio donde el niño pasa cada vez más tiempo en la casa, donde crece y realiza sus actividades cotidianas y su decoración debe contribuir al desarrollo de su carácter, el cuarto debe ser un espacio donde se sienta cómodo para reflexionar y evolucionar, donde se sienta seguro y a gusto, será su refugio donde tener intimidad.
El primer síntoma será que querrá que empiecen a desaparecer los juguetes y muñecos que le hacen recordar su vieja etapa, pero no habrá que descartarlos por completo, porque el crecimiento es un vaivén de sensaciones, de modo que en algún momento los pedirá nuevamente y los volverá a rechazar.
La transformación de la deco
Todo depende de dónde partas: si la propuesta de niño fue excesivamente infantil, será difícil hacer un cambio en pocos pasos. Pero algunos recursos pueden ser útiles: los colores, los accesorios y las texturas ayudarán a facilitar el recambio.
La configuración del espacio podrá ser similar a la que tenía cuando era niño, un área para el descanso, una para el estudio y una para el ocio. De a poco va construyendo sus propios gustos y por lo tanto deberemos dejarle participar en la elección de muebles, colores y elementos decorativos.
Hacerlo participar ayudará a que se sienta identificado. Va a necesitar ser escuchado para que luego sienta que el cuarto ha sido hecho a su imagen. Un recurso práctico es elegir un color a su gusto para pintar una pared. Acorde a ello, se pueden incorporar algunos accesorios (como acolchado, almohadones, pantallas). Algún tema de su preferencia como deportes, autos de carrera, música, también podrán ser temas de la decoración.
Una adecuada combinación de colores, madera maciza, detalles en acero mate y mucha luz natural son las bases para comenzar a decorar. Elementos puntuales como un espacio para la música, un corcho donde colgar las fotos de sus amigos, cajones, un gran armario, un espejo y unos cuadros de su gusto decorando la pared, harán el resto.
Colores alegres para dar vitalidad y fuerza, claros para dar serenidad, oscuros que invitan a la reflexión con un denominador común, confort y funcionalidad de cara a servir al desarrollo de los más jóvenes.
Los espacios que no deben faltar
Mientras que para los niños las áreas de juego y descanso son elementales, en el a medida que se van acercando a la adolescencia, van necesitando un espacio para el ámbito social propio, donde amigos se quedarán a dormir o tendrán largas charlas en privado. Los espacios de estudio se acrecientan con mayores demandas de áreas de guardado y mejor disposición para la realización de tareas.
Es en estas dos áreas donde se recomienda invertir de manera más intensa: sumar alguna especie de asiento convertible en cama ayuda cumplir la doble función de recibir amigos y también de invitar a alguno de ellos a dormir. Todo esto, sin tener que hallar recursos fuera del propio cuarto.
En cuanto al escritorio, siempre será mejor optar por un diseño a medida que utilice al máximo el espacio disponible de manera inteligente. Computadora, libros, conexiones eléctricas y mesa de trabajo deben integrarse sabiamente para lograr eficiencia en el diseño, pero también en el despliegue de tareas. Uno de los secretos para realizar bien las demandas escolares es generar un espacio amigable para ello.
Algunos truquitos básicos
- Apelar a los hobbies y gustos para utilizarlos en la decoración. Así como antes los muñecos decoraban, ahora para los varones, la colección de pelotas de tenis, rugby, la guitarra eléctrica, consolas de juegos, y para las mujeres siempre es bueno pensar en espacios femeninos, (áreas de maquillaje, áreas de guardado de accesorios como bijouterie, carteras, cinturones, etc.), pueden pasar a ser un eje temático para darle espíritu al espacio. Usar esos detalles es una manera de ordenar el cuarto sólo decorando y, además, si el hobbie desaparece, no es algo costoso de eliminar.
- Equilibrar las áreas de guardado abiertas, (donde queden expuestas sus pertenencias), y cerradas con puertas y cajones, (donde poder guardar aquellas cosas que producen desorden a la vista, ejemplos, carpetas de años anteriores, apuntes, etc.)
- La lámpara puede dar mucha personalidad y puede ser un recurso simple. Hay opciones de pantallas con lindo diseño y poco costosas.
- La silla del escritorio es un recurso en el que hay que invertir. Debe ser ergonómica: cada vez pasarán más tiempo estudiando o en la computadora.
- Recursos alternativos de iluminación es otra de las claves para invertir: los niños no necesitan tantos espacios lumínicos sectorizados, pero los teens ya requieren de luces focales que colaboren en crear climas de acuerdo a sus actividades.
- Recurrir a un asesor para que, al menos, realice un diagrama general de disposición del ambiente, para que ayude en la distribución del espacio y, además, aporte ideas que no habían sido consideradas. Aún cuando no se utilice luego el diseño completo, seguramente "abrirá" la cabeza para reconocer las potencialidades del cuarto.