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11 DE Abril DE 2017 | FOMENTA LA LECTURA

Historietas en banda

Un grupo de dibujantes, docentes y guionistas se agruparon para seguir dándole vida a las historietas. Se llama Banda dibujada y entrevistamos a uno de sus fundadores.

-¿Qué es Banda Dibujada?



-Es un movimiento cultural para la difusión de la historieta para chicos y jóvenes, conformado por dibujantes, guionistas, docentes y bibliotecarios, cuyo objetivo principal es que los chicos lean, o sea, queremos generar lectores. Y creemos que la historieta es una forma amena para adentrarse en el mundo de la lectura y de los libros en general. Al mismo tiempo sostenemos que, como toda forma de expresión cultural, la historieta aporta a nuestra identidad como pueblo, ya que expresa la forma de pensar, sentir (y hacer) de sus autores. Y nos representa muy bien en el mundo, tanto como el tango, el fútbol, el cine. Un ejemplo de esto es la repercusión internacional de obras clásicas como "Mafalda", "El Eternauta", "Mort Cinder" y tantas más.

-¿Qué hacen principalmente?
-Tenemos 3 actividades pilares en nuestra acción, que son: los talleres de historieta en escuelas y colegios; los Premios Banda Dibujada (son premios anuales a libros de historieta publicados en el país) y la Biblioteca de Historietas de Banda Dibujada, que tiene cerca de 500 títulos, y que funciona en las instalaciones de la Biblioteca de Literatura Infantil y Juvenil “Juanito Laguna” (Ayacucho 127, CABA) de UTE/CTERA, que es de acceso libre y gratuito. Hay miembros de Banda Dibujada en Buenos Aires, Mendoza, Córdoba y otras ciudades.

-¿Cómo surgió la idea?
-Quienes fundamos Banda Dibujada nos fuimos vinculando espontáneamente, tiempo después de la debacle del 2001. La mayoría de los fundadores somos dibujantes (menos Roberto Sotelo que es bibliotecario y docente) y somos de una generación nacida en -o cerca- de la década del ’60 y `70, que crecimos leyendo los libros de historieta de Asterix, Tintín y Lucky Luke. Amamos la manera en que Francia y Bélgica tratan a sus obras, a sus autores, a los lectores. Por eso a Banda Dibujada la bautizamos así, porque es la traducción literal de bande dessinée, que es como se le llama a la historieta en francés. Todos estábamos de acuerdo en una cosa: Para que la historieta para chicos argentina pueda difundirse correctamente como material de lectura en el ámbito escolar y familiar, hay que seguir ese modelo francobelga: compilando las historietas en libros. "Mafalda" es el caso nacional más emblemático, con ediciones en libro en más de medio planeta. Pero es casi un caso aislado, ya que esta modalidad no sucedió con toda la historieta nacional, sobre todo con la referida a las historietas pensadas para chicos publicadas en revistas escolares como Billiken, Anteojito, Humi, Genios, y los suplementos infantiles de los diarios, que son soportes de lectura efímeros (las revistas escolares se leen, se recortan, se dibujan, se tiran). Al no poseer en el país una tradición editorial de "compilar" en libro, muchas historietas se perdieron en el olvido.
En el año 2005 dimos el puntapié inicial a esta idea, redactando y publicando el Manifiesto de Banda Dibujada, allí expresamos la problemática. Y mucho ha cambiado en estos 11 años al respecto.

-¿Cómo es el panorama actual de la historieta para chicos en Argentina?
-Hoy existen varias editoriales orientadas a realizar libros de historietas exclusivamente para chicos. Mucho ha cambiado el panorama, muchísimo. La historieta para chicos nacional está viviendo un momento creativo como nunca antes.

-¿Leías historietas de chico?
-Sí, por supuesto. El primer recuerdo que me viene a la memoria de una historieta, o más bien de humor gráfico, es de los tres años de edad: un libro de Quino que pertenecía a mi abuelo, "A mí no me grite", libro que aún conservo. Me encantaba mirar esas viñetas que contaban historias (que por supuesto no entendía en profundidad), y que la mayoría eran mudas. Luego con el tiempo llegaron los mencionados Asterix, Lucky Luke, Los Pitufos, Mafalda, los libros de Mordillo, las historietas de Anteojito y Billiken. Y muchas más. El Eternauta lo leí a los 13 años, ¡Me lo devoré en una tarde sin parar!


-¿Cómo fue tu acercamiento al mundo de las historietas?
-Mi caso es un poco la excepción de la regla, ya que tuve la suerte de tener el mundo de la historieta profesional en mi casa. Mi papá es dibujante (Armando Da Col), y desde chico lo veía trabajar en el estudio que tenía montado en el living. Ahí lo veía dibujar los chistes para el diario Ámbito Financiero, los dibujos animados, y tantas cosas. A los 14 años comenzó a darme clases: los domingos me daba una consigna, y yo tenía toda la semana para hacer los ejercicios y mostrarle los resultados al domingo siguiente. Al tiempo me convertí en su asistente. A la vez, comencé a tomar clases de Dibujo y Pintura con Carlos Meglia (también tuve el placer de ser su asistente en su estudio, durante el 2001/2002), y posteriormente hice 4 años en la Escuela de Garaycochea, estudiando con el más grande de todos: Eduardo Ferro. Todo esto, en paralelo con mis estudios formales (Secundario y posterior Profesorado de Bellas Artes).

-¿Qué tienen para vos las historietas a diferencia de un cuento o libro?
-Siempre les contamos a los chicos que la historieta es una forma de contar, y que tiene sus propios elementos. Es una forma de narrar, ni mejor ni peor que cualquier otra forma de contar, y que toma algunas cosas de la literatura, de las artes gráficas, del cine, del teatro, y las hace propias. Como toda expresión narrativa, la historieta nos permite imaginar, nos lleva a mundos imposibles, o nos hacer ver la realidad más maravillosa, o la más cruel. Como los cuentos, las novelas o el cine, también en las historietas hay obras de todos los géneros (drama, terror, aventura, ciencia ficción, amor, etc), y para todas las edades. Hay historietas para chicos de Nivel Inicial, para chicos en edad de escuela Primaria, para jóvenes y, por supuesto, para adultos. Hay lecturas en viñetas para cada momento de nuestras vidas, sólo hay que animarse a descubrirlas.
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César Da Col es dibujante y Profesor de Dibujo. Es miembro fundador de Banda Dibujada, movimiento cultural para la difusión de la historieta infantil y juvenil, desempeñándose en la coordinación general de las distintas actividades, e integra el staff de talleristas que visitan escuelas. Banda Dibujada fue distinguida con el Premio Pregonero Especial 2014 por la Fundación El Libro. Como dibujante, es el autor de Midi Bujo, historieta en la revista mensual InterCole; dibuja los chistes del Diari de Tarragona con ideas y guiones de Andrés Faro, y realiza ilustraciones e historietas para medios nacionales y del exterior. Coordinó la colección de libros de historietas para chicos Aventuras Dibujadas (Premio Destacados de ALIJA 2007, por Colección). Co-coordina, junto con Roberto Sotelo, la colección ¡Toing! de Comiks Debris Ediciones (Premio Destacados de ALIJA 2014, por Labor Editorial).



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