La orquesta como un lugar de pertenencia

-¿Por qué sugeriría a un chico ingresar a una orquesta?

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-​Ante todo porque el niño encontrará felicidad compartiendo una actividad creativa junto a sus pares.​
​La música como actividad complementaria al estudio de la escolaridad tiene muchas cualidades​ positivas. Está comprobado científicamente que aquellos niños que estudian música desarrollan mayores aspectos intelectuales que los que no. La estructura matemática de la música , la independencia de manos y la incorporación de la lectura musical, estimulan y desarrollan sectores del cerebro que habitualmente no están tan estimulados. Las características de trabajo en grupo y sociabilidad que desarrolla el trabajo en orquestas también se ven facilitadas y mejora mucho la posibilidad de relacionarse con sus pares. Muchos niños sensibles tienen dificultades de adaptación al medio, a las agresiones de un mundo competitivo y encuentran en la orquesta un lugar de pertenencia. Otros niños disfrutarán el hacer música en conjunto. Encontrará un lugar donde se comparten gustos y trabajo para llegar a un resultado común. La orquesta, sobre todo el hecho de presentarse en concierto ante un público, reafirma la autoestima ya que los niños realizan una actividad que es reconocida y aplaudida por un auditorio. Las familias y entorno social del niños suelen acompañar a los mismos a los conciertos devolviendoles una imagen exitosa de sí mismos.

-¿Qué implica formar parte de una orquesta, además de lo puramente musical?
-​Encontrar un lugar y grupo de pertenencia. Aprender a trabajar en conjunto en pos de un resultado común. Aceptar una metodología de trabajo y la autoridad de un director, comprometerse . disfrutar en comunión compartiendo el disfrute con otros niños. Aprender sobre lenguajes musicales de otros tiempos históricos y culturas. vestirse y sentarse o pararse de forma especial y que están expuestos en un escenario.
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-¿Cuál es la metodología de trabajo en el caso de una orquesta infantil?
​-Según las orquestas, pero básicamente se realizan ensayos para aprender las obras. estos ensayos están coordinados y dirigidos por un adulto, el director o maestro quien con sus conocimientos ayudará a armar el repertorio elegido. Primero se leen las obras, se intenta afinar en conjunto, se repite hasta encontrar el nivel deseado y finalmente el director le da su propia impronta para que las obras suenen como él desea. Los niños respetan la figura del maestro o director siguiendo sus indicaciones.​

-¿Cómo es la participación de los chicos?
-​Los chicos suelen ser entusiastas y les gusta tocar obras conocidas. De todas formas las que les son desconocidas rápidamente son incorporadas como conocidas en el desarrollo de los ensayos. ​
Es habitual ver que hay obras universales que son elegidas por la mayoría de las orquestas, esto se debe a que sus melodías son altamente pegadizas. La universalidad y genialidad de los grandes compositores se refleja concretamente en esta realidad. En algunas orquestas los chicos proponen repertorio aunque mayormente son los directores quienes lo proponen. es evidente que las obras más atractivas son para los chicos más motivantes y les resulta más agradable ensayarlas. Es recomendable empezar con obras atractivas así se atrae mejor la atención y ganas de ensayar de los chicos.
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-¿Qué nos podés contar acerca del XV Encuentro Internacional de Orquestas Infantiles?
-​El encuentro es un espacio de intercambio, conocimiento, lucimiento y ​aprendizaje conjunto, pero por sobre todo de disfrute colectivo.
A lo largo de 15 años hemos visto miles de niños crecer en la música, muchos de ellos ahora vienen como directores de sus propias orquestas. Es una ventana al mundo que les permite desarrollar un trabajo anual con la motivación de venir a mostrarlo en Buenos Aires. Las comunidades que apoyan a las orquestas también se ven motivadas con el hecho de que sus niños viajen a mostrarse y ser embajadores de sus comunidades. Les da visibilidad y ayuda a sostener los proyectos en cada lugar.​ El Encuentro nació como necesidad de crear una red de comunicación, intercambio y ayuda a muchas orquestas que se encuentran solitarias desarrollándose sin muchos recursos en sus ciudades o pueblos. Lo más destacable es la alegría con que llegan y se van. Durante 3 días vivencian situaciones que les confirman que no están solos, que las dificultades que cada uno vivencia son comunes a otros proyectos similares y que solo la gran convicción, pasión y esfuerzo prevalecen y hacen que un proyecto se sostenga en el tiempo. Cada año me emociona ver la tenacidad y capacidad de supervivencia que tienen los directores, coordinadores, maestros para sostener sus proyectos.
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Andrea Merenzon comenzó sus estudios de fagot con su padre, Alberto Merenzon, y de música de cámara con Mariano Frogioni. Becada por la Fundación Teatro Colón fue a la Universidad de Indiana (EE.UU.) donde estudió con Sidney Rosenberg, y más tarde se perfeccionó tomando cursos con K. Thunemann (Alemania) y Nöel Devos (Francia). Obtuvo los primeros premios de los concursos: Estímulo Cultural, Promociones Musicales, Jóvenes Solistas de la Ciudad de Mar del Plata, Bienal Juvenil de Festivales Musicales y “Mejor interpretación de obra argentina” del Concurso Argentino de Música Banco Mayo. Fundó y dirigió el Festival Internacional de Música Buenos Aires (FIMBA) y el Concurso Internacional de Música de Buenos Aires (CIMBA). Entre 2002 y 2004 estuvo a cargo de la oficina de Programación Sinfónica y de Cámara del Teatro Colón.
Actualmente es directora ejecutiva de la Fundación para el desarrollo, la cultura y el arte; directora artística del festival internacional de orquestas juveniles “Iguazú en Concierto”; y directora general del Encuentro Internacional de Orquestas Juveniles (EIOJ).

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