La copa menstrual Maggacup reemplaza el uso de las toallitas y los tampones. Es saludable, ecológica, económica, cómoda y práctica.
-¿Cómo surgió la idea?
-Somos dos socias fundadoras, Luciana Comes y yo, y venimos de recorridos completamente diferentes. Ella es productora y trabajó muchos años en marketing digital y vivo, en Europa, donde conoció la copa. Entonces vuelve a la Argentina con la intención de producir el producto a escala nacional.
Y yo, por otro lado, soy docente y psicóloga. Vengo de trabajar en la Fundación FLENI. En salud pública, con mujeres, con el tema de la sexualidad y en educación. Actualmente soy parte de un equipo técnico en investigación educativa que financia COPIDIS.
Cuando probé la copa, hace 10 años, pensé: “esto tiene que llegar a todos los sectores de la población, porque rompe muchas barreras y genera igualdad, porque la accesibilidad de este recurso tiene que ser algo que el Estado promueva para que sea alcanzable para todas las mujeres que deseen usarla” y desde ahí surge en ambas el deseo de hacer esto acá.
Sabíamos las dos que era una evolución de corte cultural. Sabíamos de entrada que la barrera venía por el lado del hábito, del uso, del consumo, de las prácticas que las mujeres tenemos hoy para gestionar la menstruación. Y por otro lado, ambas veníamos de todo un proceso de trabajo personal, que sería la parte más espiritual del proyecto. Yo venía de la meditación Vipassana, trabajé muchos años en ONG y después me fui a viajar por la India. Fue un momento muy bisagra, de decidir quiero trabajar con el respeto a mi propio cuerpo y al de las demás mujeres. Mi socia también venía de una búsqueda de observación, de registro, de cambiar ciertos hábitos de consumo y veíamos que la copa era una excusa maravillosa para reconectar con nuestro ciclo menstrual.
-Dentro de sus beneficios, cuál es para vos el más destacado?
-Con relación a la copa menstrual pasan dos cosas: Por un lado te permite tener una capacidad de escucha y registro. Y por otro lado, es tan práctica que ni te das cuenta. Pero a nosotras nos interesa pensar que en este “No nos damos cuenta”, hay algo de la practicidad en cuanto al consumo: Me olvido de tener que estar comprando el producto todos los meses. Esto tiene que ver con la accesibilidad. Compro una vez la copa y me va a durar muchos años.
Desde el otro lugar, no me olvido, me conecto y empiezo a leer y registrar mi cuerpo de una manera mucho más integral. Hay mujeres que tienen ganas de darse cuenta que a veces estamos más inflamadas, otras no tengo ganas de colocarme algo adentro. Depende de como estoy, si muy ansiosa o muy apurada puede ser que haya pérdidas. Puede ser la menstruación sea más abundante ese mes”.
Nosotras entendemos que a veces puede ser algo positivo. Las mujeres pueden querer un producto que invite a tener que escuchar y ver dinámicamente que le pasa al cuerpo o que sea un producto que pase como si no nos diéramos cuenta que estás menstruando.
Además, es una herramienta que nos invita a ser más conscientes. Te olvidás de comprar, generar residuos, se deja de talar bosque y con cada mujer que compra la copa se dona y salva un metro de selva gracias al convenio con Banco de Bosques.
-A las mamás de hoy día les viene muy bien, las ayuda mucho. Hay alguna restricción de uso?
-Las mujeres que han dado a luz pueden empezar a utilizar la copa menstrual pasado el puerperio, cuando regresa su menstruación.
-¿Se puede usar tanto si la mamá tuvo parto natural o cesárea?
-Claro, lo que varía en ese caso es el tamaño de su MAGGACUP. Una mujer que tuvo cesárea puede usar el talle 1 si es menor de 35 años, y no cambia más de 5 toallitas diarias. Si tuvo parto vaginal a la hora de seleccionar el talle es el 2.
-Ustedes aspiran a que la mujer pueda conectarse de manera consciente con su período menstrual con Maggacup, cómo se lo proponen?
-Nosotras transmitimos nuestra experiencia y la de otras mujeres que se animaron a probarla. Desde Maggacup, todo el proceso de formación de la empresa tenía que ver con empezar a registrar nuestro propio ciclo. En este recorrido, yo fui amigandome e integrandome a mi misma. Cuando encontré la copa lo que me facilitó fue un acercamiento más a poder integrarme y poder empezar a registrar y respetar mis decisiones, deseos y necesidades. Desde acá empezar a armar una nueva forma de estar en el mundo. Como mujer y desde ahí fue que nos encontramos y gestamos esta empresa. Respetándonos como mujeres en los tiempos a tal forma que las dos quedamos embarazadas con un mes de diferencia. Seguimos sosteniendo que es posible la integración. Lo social y lo comercial pueden ir de la mano. Como también, la mujer puede ser exitosa, trabajadora, pero también es madre y puede manejar sus tiempos, sin ser esclava del sistema. Todo el tiempo es revisar, mirar, adentro mío y afuera de lo personal y de la empresa. Cada una a conectarnos con la menstruación. Tiene que ver con la observación y descubrir con la menstruación.
Más de 30 mujeres referentes del empoderamiento femenino celebran con Maggacup el Día Internacional de la Mujer, con la misión de generar conciencia sobre el derecho a vivir la menstruación de manera digna y promover un cambio saludable para la mujer y el medio ambiente.
La creación del video destinado a saludar a todas a las mujeres en su día, comparte los valores de la empresa social Maggacup. Al cambiar por la copa menstrual la mujer descubre una experiencia novedosa: se conecta y resignifica de manera positiva su menstruación, es más consciente de la relación de sí misma y con su entorno, del cuidado del planeta y los beneficios para la salud y el bienestar, que traen aparejados esta alternativa de higiene.
Clarisa Perullini es Directora gerente de Maggacup. Es Licenciada en Psicología y Profesora de Enseñanza Primaria. Se desempeña como psicóloga clínica y trabaja en el área de la investigación educacional. El ejercicio profesional está vinculado al trabajo comunitario en la articulación de salud y educación. En los últimos años, ha dictado seminarios y talleres acerca del ciclo menstrual.