Romina Miasnik es Profesora de Bellas Artes y artista plástica. Bárbara Seminara y Marina Rocha vienen del área de la comunicación social, con una fuerte experiencia en producción de eventos. Con Abran Mancha, encontraron la manera de potenciar sus trayectorias y herramientas en pos de un proyecto original para chicos.
-¿Cuál es la propuesta de Abran Mancha?
-Abran Mancha es una actividad para chicos que propone talleres y espacios de incentivación creativa, combinando diferentes disciplinas artísticas a partir del juego. La idea es que los chicos puedan explorar el mundo de la pintura, literatura, música, dibujo, escultura, diseño, y a la vez desarrollen su capacidad creativa. Otro de los ejes que proponemos es la concientización acerca del cuidado del medio ambiente, a través de la utilización de material de descarte en varios de los talleres, descubriendo que a partir de botellas, cajitas, y todo tipo de envases, se pueden construir objetos nuevos y porque no, novedosos.
-¿Nos podés contar en detalle qué hacen en cada actividad?
-La actividad consta de talleres vinculados al arte –que son siempre cambiantes y originales- y de espacios de juego, que proponen instancias para que los chicos participen en una obra colectiva, o exploren diferentes juegos artísticos.
Tanto los talleres como los espacios de juego son diversos, ya que son pensados y diseñados especialmente para cada evento. Algunos ejemplos de talleres pueden ser el de construcción de instrumentos musicales, el de modelado de esculturas de animales insólitos, la fábrica de juguetes con materiales descartables o la producción de imágenes plásticas a partir de cuentos. Los espacios de juego varían desde murales colectivos, hasta juegos de encastre, pasando por rompecabezas gigantes.
-¿Cuál es la mejor manera de incentivar la creatividad en los chicos?
-Proponiéndoles un espacio lúdico y confortable, donde todos los materiales estén al alcance de su mano y sean la herramienta y fuente de inspiración para investigar y crear, guiándose por su propia espontaneidad y bajo la mirada de docentes especializadas.
Además, se incentiva la creatividad sugiriéndoles una propuesta que puedan potenciar a partir de su propio proceso creativo, generando así un resultado final a la medida de cada participante.
-¿Qué actividades hicieron en la última edición de la Noche de los Museos?
-En La noche de los museos llevamos Abran Mancha al Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia. Realizamos tres talleres - Fábrica de Juguetes, Fábrica de Disfraces y El juego de las formas - y dos espacios de juego –Botellosaurius y Mural en patineta-. El primero, tuvo como consigna la construcción de juguetes a partir de material de descarte y de diferentes recursos plásticos. El segundo, propuso el diseño de vestuario para que los chicos se disfracen, a partir de tela de bastidor, que luego pintaron e intervinieron. Por último, el Juego de las Formas fue la pata literaria de la propuesta: a partir de cuentos fueron realizando diferentes creaciones plásticas.
En cuanto a los espacios participativos tuvimos el Botellosaurius, dinosaurio construido con botellas de plástico descartables, al cual había que modelarle la piel, y el Mural en patineta, que emplazado en una estructura móvil, invitó a dejar su pincelada al público que formaba fila para ingresar al Museo.
-¿Cómo resultó la experiencia?
-La experiencia en La noche de los Museos fue impresionante, realmente superó nuestras expectativas. Se sumaron a Abran Mancha más de 3000 personas, entre niños y adultos, que participaron de los talleres y espacios pensados para la ocasión. En especial el Botellosaurius causó sensación entre el público, tanto por sus enormes dimensiones como por su propuesta lúdica y artística. De hecho quedó exhibido en una vitrina del Museo, como parte de la muestra vigente.
-¿Recordás una anécdota que te haya sucedido en algún taller?
-Anécdotas hay un montón, los chicos son muy divertidos y cuando la propuesta les copa tienen salidas impresionantes!
A nivel de los talleres, hubo una situación muy linda, cuando hicimos Abran Mancha en el Museo del Humor. En la Fábrica de Juguetes, hubo un nene que junto a su familia, construyó un robot de gran tamaño, muy llamativo y divertido. Estuvieron varias horas, entre todos, armándolo: delineando el cuerpo, pintando cada parte y cuidando cada detalle. Más allá del resultado final, nos gustó la imagen de toda la familia colaborando en la construcción colectiva de un juguete hecho con material de descarte, donde la idea de fomentar el vínculo entre padres e hijos a través del juego, y la del cuidado del medio ambiente, confluyeron de una manera muy espontánea.