Lecturas, música, intervenciones colectivas y charlas, entre otras variadas actividades fue lo que se propuso el Festival de Literatura Infantil y Juvenil (Filbita), que se realizó el pasado mes de noviembre en Buenos Aires.
El festival, cuyo inicio coincidió con el día en que se conmemora la aprobación de la Convención sobre los Derechos del Niño, tuvo como atracción central una propuesta del ilustrador Diego Bianki, quien ayudó a los pequeños a crear un rompecabezas gigante alusivo al texto aprobado por la Asamblea General de Naciones Unidas.
"Rompecabezas", tal el título de la iniciativa, estuvo presente en muchas de las actividades en distintos formatos, con el acento puesto en el cierre que también estuvo a cargo de Bianki.
¿Cómo fue la convocatoria para participar del Filbita? "Los organizadores vincularon mi reciente libro "Rompecabezas" (Pequeño editor) con el derecho a la creatividad", comenta Bianki en una entrevista con Télam.
"La idea era trabajar sobre la temática que abordo en esa obra, en especial discriminación, inclusión e igualdad, que aparecen retomados a través de imágenes y textos sin excluir lo lúdico", asegura.
"Se me ocurrió entonces realizar una actividad basada en las tres `R`: recuperación, reciclaje y reutilización de materiales de consumo cotidiano como las cajas de alimentos -explica-. Con la intervención de los chicos, vamos a pintarlas y crear nuevas situaciones", explica el ilustrador.
Bianki ejemplifica: "Se armarán grupos humanos y de cajas con la intención de generar un volumen fragmentado que conforme parte de un todo, donde se va a pintar y narrar con imágenes. La idea es abordar un tema de manera grupal de modo que todos interactúen".
El ilustrador dio sus primero pasos en la revista infantil Billiken y su trabajo le abrió las puertas a medios locales de tirada nacional e internacional. Sus trazos y colores se conocen en México, España, Corea, Alemania y Bélgica, entre otros.
"En los últimos diez años hay una movida importante con festivales como éste, que ayudan a que los chicos se acerquen a los libros como un juego y no como material de estudio", asegura.
"Es un gran aporte para la promoción de la lectura" remarca y agrega "en las visitas que hago en los colegios con mis trabajos, veo que los chicos vinculan la lectura con la enseñanza y se ponen reacios a leer afuera de la escuela. Estos encuentros les muestran la otra cara de los libros, la de poder disfrutarlos y abrir la imaginación".
"Hace unos años, había bastante orfandad en gestiones de lectura. Hoy existe un incentivo para los profesionales del rubro, se lanzaron muchas editoriales emergentes y festivales que involucran al lector como coequiper y no como dos entes separados y sin ninguna vinculación", sostiene Bianki.
"Hasta las presentaciones de libros se transformaron con el tiempo. Antes había una mesa, un escritor `endiosado` y abajo el público escuchando. Hoy todo eso cambió: el escritor y el público se codean, participan de la lectura y se conocen mutuamente. La idea es interactuar y generar nuevos vínculos", señala.
Bianki reflexiona que "si uno lee de pequeño, jamás va a dejar de relacionarse con los libros y va a encontrar placer en la lectura. Lo importante de estos encuentros es que hacen hincapié en lo lúdico y en la unión de personas con los libros como protagonistas".