El bebé succiona desde que está dentro de la panza de la mamá. Cuando nace sigue haciéndolo: se lleva la mano, el dedo, la mama a la boca, chupa el brazo del padre y lo que encuentra. Ya que, al estar atravesando la etapa oral de su vida, la succión le trae muchísimo placer. El bebé necesita satisfacer de esta forma lo que llamamos una alimentación no nutricia.
Esto significa que no lo alimenta pero satisface otras necesidades de este momento de su vida. Le resulta tan placentero hacerlo porque le trae recuerdos de cuando estaba en la panza de la mamá, todas la satisfacción y gratificación en este momento de su vida la recibe por la boca.
Lo recomendable, si es necesario, es ofrecerlo una vez que la lactancia esta instalada para no confundir la succión. Si estamos frente a un bebé que pide, reclama, demanda y el chupete lo calma, lo tranquiliza un poco, se le puede ofrecer. Es importante tomar recaudos en la elección del chupete para utilizar uno que cubra las condiciones de higiene y cuente con un diseño preparado para proteger su paladar y su boca.
Es esencial saber que esta alimentación no nutricia también lo enriquece y lo satisface, produciéndole placer. Asimismo, a veces, su uso puede resultarle una descarga frente a un cólico o alguna molestia.
Es muy importante el uso del chupete en un bebito que nace antes de tiempo. Dado que le ayuda a madurar el reflejo de succión, el prematuro lo necesita mucho y se le debe suministrar bajo el control del personal que lo atienda.
Información proporcionada por la puericultora Stella Maris Camarra para Playtex Baby