La versión para chicos de “El Cascanueces y las Princesas Encantadas” que el Ballet Metropolitano de Buenos Aires está ofreciendo en la Ciudad Cultural Konex, está basada en el cuento original de Hoffmann. Actualmente hay funciones de la adaptación para niños.
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El Cascanueces, un cuento de hadas- ballet, se estrenó por primera vez en el Teatro Marinsky de St Petersburgo el 18 de diciembre de 1892 con música de Tchaikovsky (constituyendo el último ballet de su celebre trilogía junto a ¨El Lago de los Cisnes¨ y ¨La Bella Durmiente¨) y coreografía de Marius Petipá y se ha convertido en uno de los ballets más populares del mundo.
El Cascanuecescuenta la historia de una noche de Navidad en la que Clara recibe como regalo, un muñeco Cascanueces y sueña que vive grandes aventuras junto a él: ambos son atacados por el ejército del Rey de los ratones, atraviesan el Reino de las Nieves y viajan al País de las Golosinas.
En esta versión, pensada especialmente para chicos, algunos de los personajes más importantes de los cuentos preferidos de todos los tiempos participarán también del sueño de Clara quien podrá conocer a La Cenicienta, La Bella Durmiente y Blancanieves, entre muchas otras princesas.
Las versiones
Infinidad de versiones se conocen de la obra, basadas en el original de Ivanov, entre ellas: A. Gorsky en Rusia; N. Sergueiev para el Sadler´s Wells con Alicia Markova; B. Romanoff para el Ballet Russe de Montecarlo; N. Beriozoff para el London´s Festival Ballet interpretado por Markova y Anton Dolin, en posteriores versiones adaptadas por Lichine lo han bailado: Belinda Wright, Marilyn Burr y Olga Ferri.; Balanchine para el New York City Ballet con María Tallchief; Grigorovich para el Bolshoi Ballet, Crancko para el Stuttgart Ballet, Baryshnikov para el ABT, Jaime Pinto para el Ballet de Santiago entre otras versiones.
Pero tal vez la más importante creada en el S XX es la de Rudolf Nureyev que transformó la obra en un cuento con matiz psicológico donde la primera bailarina debe asumir el doble rol de Clara y el Hada Confite (Fée Dragée o Sugar Plum Fairy), y el primer bailarín el de Drosselmeyer y el Príncipe o Cascanueces; en esta puesta se observa en Clara un enamoramiento singular por su Cascanueces, vislumbrando su entrada a la pubertad y volviendo al rasgo infantil al despertar de su sueño.